Cientos de promotoras se reúnen para celebrar la unión y fortalecer sus habilidades para trabajar en las comunidades
Por Jacqueline García, reportera senior de CALÓ News
Durante más de una década, Ana Guzmán y Jessica Cortez han estado ayudando a sus comunidades en el sur y el este de Los Ángeles. Primero como voluntarias, luego como empleadas remuneradas.
Ambas son promotoras comunitarias y comentaron que el trabajo no se siente como trabajo cuando se hace con el corazón. Las promotoras son enlaces entre sus comunidades y los proveedores de servicios sociales y de salud.
Ambas mujeres asistieron a la 23ª conferencia anual Visión y Compromiso en Anaheim, California. El evento, celebrado el jueves y viernes, recibió a casi 1.000 participantes interesados en promover la equidad, el bienestar y la justicia comunitaria.
En un momento turbulento, donde la inmigración es un tema central para la actual administración, la conferencia se centró en celebrar, pero también en reconocer el arduo trabajo de las valientes promotoras y promotores de todo el país.
Guzmán y Cortez dijeron que han ido más allá para ayudar a sus comunidades brindándoles recursos, desde acceso a alimentos hasta salud, educación y otros servicios sociales.
Guzmán dijo que un momento de logro para ella no proviene del reconocimiento público, sino principalmente de los agradecimientos que recibe de sus familias. Por ejemplo, cuando aprenden a acceder a alimentos o servicios de salud.
“Me gusta este trabajo porque cuando necesité ayuda, alguien me ayudó, y siempre es mejor dar que recibir”, dijo Guzmán.
Cortez dijo que para ser una buena promotora es necesario tener empatía por las personas a las que ayudas y comprender a tu comunidad.
“Ofrecemos nuestra ayuda en escuelas y clínicas. Incluso vamos a domicilio. Donde sea que nos necesiten”, dijo.
El liderazgo debe continuar
Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (CHIRLA), explicó que desde 1999 han trabajado con jóvenes. Actualmente, tienen presencia en al menos 18 escuelas preparatorias, donde enseñan a los estudiantes a organizarse. Los jóvenes aprenden a defender sus derechos y a obtener una educación superior, y muchos incluso han regresado a trabajar como parte del personal de CHIRLA.
“Este es un movimiento intergeneracional. Estamos aprendiendo de ellos y tienen una perspectiva diferente”, dijo.
Defensa en tiempos difíciles
Visión y Compromiso afirma que los Promotores pueden ser voluntarios o trabajadores remunerados, y también se les conoce como enlace con pacientes, educadores de pares, defensores de la salud, educadores familiares, trabajadores de extensión comunitaria o navegadores del sistema. Construyen y mantienen relaciones de confianza y respeto dentro de sus comunidades, y comprenden la realidad de cómo viven las personas y los obstáculos que les impiden alcanzar el éxito.
María Lemus, directora ejecutiva de Visión y Compromiso, afirmó que la lucha por reconocer el trabajo finalmente está dando frutos en muchos casos. Explicó que antes se les pagaba con tarjetas de regalo o estipendios, pero ahora la lucha de las Promotoras es seguir recibiendo salarios promedio, fondos de jubilación y seguridad social.
“That is our right as Promotoras. We have to advocate for that,” she said. “Now everybody wants a Promotora but they don’t want to pay for their services.”
Lemus dijo que también es cierto que bajo la situación actual, muchas Promotoras que son inmigrantes están preocupadas por la posibilidad de ser detenidas, pero por eso es importante capacitarlas y brindarles una caja de herramientas sobre cómo responder en determinadas situaciones.
“No importa si eres indocumentado, tienes tarjeta verde o eres ciudadano”, dijo. “Incluso yo, que nací en Estados Unidos, ando con mi pasaporte porque realmente se enfocan más en la persona que en el estatus”.
Dijo que por eso es importante realizar eventos como la conferencia, donde también se fomenta el bienestar y la salud de las Promotoras.
